jueves, 22 de marzo de 2012

Religión


RELIGIÓN


El sentimiento religioso es una manera de canalizar  nuestras incertidumbres. Es algo que los humanos, única y exclusivamente los humanos, necesitamos, para dar explicación a nuestra propia existencia. Para muchos individuos el hecho religioso es algo intrínseco en su propio ser,  sin religión no se explican su propia existencia. Para estas personas, la creencia religiosa es fundamental en sus vidas. Su fe es tan importante como su propia existencia. No hay que menospreciar a aquellas personas que necesitan la fe para justificar todos sus actos. 

No todas las personas viven la fe con la misma intensidad. Para unos, la creencia en un dios es la parte más importante de sus vidas, mientras que para otros, los agnósticos, el hecho religioso no les conmueve en absoluto. Entre unas y otras personas, podríamos decir que hay una amalgama muy variada de intensidades, en cuanto a maneras de vivir la fe. Todas, absolutamente todas, esas maneras, son completamente loables.  Debe respetarse las creencias o no creencias de todos los individuos, compañeros de nuestro viaje por la existencia.

Todas la religiones tienen un denominador común que es la convicción de que existe  un ser omnipotente que marca pautas de comportamiento. Éste es el único tronco común con todas las religiones. 

A partir de aquí, cada cultura ha creado “su” propio dios. Cada cultura le da un nombre. Cada cultura aplica unas normas o pautas de comportamiento. Cada cultura exterioriza  su sentimiento religioso con signos diferentes. Y cada cultura explica de forma diferente la historia de la religión. 

Debemos respetar  todas las religiones, porque para el creyente, su religión es su base de vida,  y por tanto, forma parte de su pensamiento. Por supuesto, se debe respetar todo tipo de pensamiento. 

En un mundo actual se puede llegar a entender que las personas quieran hacer presente los signos propios de cada religión. Pero, en un mundo donde se respete la libertad de creencias, los signos externos no tienen razón de ser. El hecho religioso es un proceso interno, no hay por que exteriorizar con signos de ningún tipo. Es más, la evolución religiosa se verá a la larga, en el hecho de que no habrá la necesidad de demostrar continuamente a que grupo religioso pertenecemos. 

Si entiendo que los diferentes grupos religiosos quieran encontrarse en un tiempo y en un lugar determinado. Hoy en día hay iglesias, sinagogas, mezquitas, templos... y otros lugares concretos donde una comunidad religiosa se encuentra para compartir experiencias o enseñanzas. Todo ello, es completamente lícito. Pero lo que me parece muy absurdo es que exista un edificio determinado para cada clase de religión. Edificios, que por otro lado, mientras no hay reunión de fieles, están completamente desamortizados, ocupando un espacio que quizá  se pueda utilizar para otras necesidades de la población. El edificio religioso debería ser un edificio sin signos, donde por común acuerdo se establezca unos turnos para hacer oraciones o encuentros de los diferentes grupos religiosos. 

Todo es fácil cuando se acepta la libertad de pensamiento, cuando se acepta la libertad religiosa y de culto. Los organismos políticos no deberían interceder nunca por una religión u otra. Toda comunidad religiosa debería autofinanciarse con sus propios súbditos. 

Pero quizá lo que nos debería quedar muy claro es que ninguna religión es más importante que otra. Ni tan siquiera una religión con muchos adeptos debe ser superior a otra con pocos adeptos. 

Ninguna religión, debería cambiar las pautas de comportamiento de sus fieles, de maneras que pueda llegar a molestar al resto de los ciudadanos, religioso o no. Y, sobre todo, ninguna religión debería intentar eliminar o empequeñecer ni a las otras religiones, ni a los individuos que se consideran no creyentes.