jueves, 20 de marzo de 2014

25 AÑOS



                                 25 AÑOS

¡Veinticinco años! Veinticinco años ya. Como ha pasado el tiempo... La medida del tiempo es relativa. Cuando no estás cómoda en una relación, dices: todavía. Cuando estás feliz dices: ¿Ya?

En que buena hora te fijaste en mi aquella noche del 25 de Marzo de hace veinticinco años. En que buena hora te decidiste a preguntarme: “¿bailas?”. En que buena hora yo no me dejé llevar por mi estado de ánimo y a pesar de estar en baja forma te dije: “Vale”. Total, ¿para que vas a un baile si no bailas?, pensé. En que buena hora, cuando yo creía que ya había cumplido y me quise deshacer de ti, diciéndote: “Ahora, ya me voy a sentar”, tu me preguntaste: “¿Me puedo sentar contigo?”. Te sentaste a mi lado y empezaste a hablar y hablar y hablar... hasta hoy. Todavía nos hablamos.

Por entonces ya teníamos clarísimo que tus hijas y mi hija formarían parte indispensable de nuestra vida en común. Hemos tenido una relación de amor con muchos buenos y malos momentos. Precisamente el cariño que nos hemos procesado hasta hoy ha hecho posible que aguantemos como héroe y heroína todas las tempestades que de uno u otro lugar nos ha llegado. Sabes que una de mis frases preferidas es que el amor es el verdadero motor que mueve el mundo. Así ha sido. Hemos conseguido unir una familia compleja, luchando siempre por el amor entre nosotros y hacia los demás. Y para adornar este precioso pastel hemos puesto la guinda final, verdadero fruto de nuestro querer y pasión; hemos hecho posible dar la vida a nuestro encantador hijo.

Quisiera pedir veinticinco años más, pero soy consciente que nuestro encuentro tardío muy probablemente no nos lo permita. Esperemos, por lo menos, que lo que nos queda de vida sigamos tan unidos como hasta hoy.