Algunas curiosidades
sobre “Manola”
Quiero compartir
algunos detalles con todos aquellos que habéis leído o tenéis
pensamiento de leer mi última novela autoeditada, “Manola”.
Quizá lo primordial
es advertir que es una novela muy corta. Me atrevería a decir que
está entre el relato y la novela. Consta de 11 cortos capítulos. En
ellos se explica la vida de una mujer desde la infancia hasta la
madurez, vida, por cierto, muy intensa ya que las circunstancias
históricas tienen un papel importante. Imaginad toda una
vida concentrada en 103 páginas y con letra algo más grande de la
habitual de los libros, tal y como ya hice con la primera novela
autoeditada. Creo que sabéis, mis queridos seguidores, que me gusta
tener en cuenta la dificultad de visión de las personas de la
tercera edad.
Otra cuestión es que
quiero que sepáis que esta novela, en realidad, fue la primera que
escribí. Os ruego que disculpéis la alteración del orden, pero
como dicen los matemáticos, y en este caso se puede aplicar: “el
orden de los factores no altera el producto”.
De las personas que ya
han leído “Manola” extraigo dos críticas. Algunos lectores me
ha comentado que les hubiera gustado que el libro fuera más largo, que se
querían recrear en la situación y que, sin embargo, acaba demasiado
rápido. Por otro lado, hay una lectora que me asegura haber leído
la novela con lágrimas en los ojos porque la descripción de la
situación le ha llegado bien adentro. Naturalmente que agradezco
mucho, pero mucho, toda crítica positiva o negativa. Muchos de
vosotros ya lo sabéis, que soy una persona que me gusta escuchar,
que me gusta que me digan las cosas claras, que acepto las críticas
(siempre que haya respeto), pero que también, al final acabo haciendo lo que quiero. Y no quisiera desviarme de mi
estilo: no profundizar en aquello que no es relevante en el
argumento. No me gusta, de momento, escribir por escribir. Me gusta
explicar historias. Pero si es cierto que intentaré, en lo
sucesivo ser algo menos drástica, “paseando” un poco más a los
personajes y ampliando (sin aburrir) la descripción de la situación.
¿Por qué explico
esto? Porque tengo miedo a que os sintáis como engañados. No es una
novela pretenciosa. Nada más es la vida de una mujer que hubiera
podido ser la madre o la abuela de muchos de nosotros. Manola fue una
mujer con ilusiones truncadas y que supo amar en un momento de su
vida. Ella pasó de tener un carácter fuerte y autoritario a vivir
en la humildad y la desazón.
Con “Manola”
pretendo, al igual que lo pretendí con “Tomás Baena”, que la
historia de la protagonista invada vuestras mentes y que durante el
tiempo de la lectura seáis capaces de aparcar el bullicio de
pensamientos que cotidianamente os veis obligados a sobrellevar.
Más detalles técnicos:
la portada, nuevamente me la ha dibujado mi marido, Javier Moreno
Gallardo y la maquetación, al igual que la anterior novela, la ha
hecho desinteresadamente mi propia hija Irene, diseñadora gráfica
de profesión.
Otra cosa que os
quería comentar es que no es nada fácil autoeditar un libro. Para
mi escribirlo es un placer; editarlo, un martirio.