jueves, 8 de enero de 2015

Similitud de caminos



                                                    Similitud de caminos


J- Quise llegar a la cima de la vida. Primero tiré por el camino más fácil; no me importó pisar las flores ni las hormigas que encontraba a mi paso. Más adelante me dí cuenta que alguien ya había pasado por allí y las flores estaban pisoteadas y muertas, el agradable olor a romero y tomillo se había convertido en fétido olor de podredumbre. Entonces entendí que me había equivocado de camino, que en realidad no era una senda, si no un precioso jardín que otros caminantes y yo misma habíamos estropeado.

A- ¿Cómo no te diste cuenta?

J- Sólo me fijé en que era el camino más atractivo.

A- Pero antes de iniciar un camino debes sopesar si es el adecuado. Piensa que hay andaduras que hacen daño a otros.

J- En aquel momento me di cuenta que me había equivocado. Volví sobre mis pasos arrepentida y dispuesta a encontrar el verdadero camino que me llevara a mi objetivo.

A- Bien. Eso está mejor. Arrepentirse no es malo.

J- No fue difícil. Una preciosa vereda ancha, asfaltada y cuesta abajo me indicaba que el camino fácil era el que debía seguir. Pero el destino me deparó una mala jugada. En un giro del cómodo sendero, me encontré un enorme pedrusco que no me dejaba seguir caminando. Pensé que quizá debía volver al punto de partida y buscar otro camino, pero observando bien, vi que de ese punto partía un atajo. Decidí ir por allí. El camino ya no era tan bueno, había chinos y polvo, pero eso no me impedía seguir adelante con mi objetivo.

A- ¿Por qué te dio miedo el pedrusco? También lo podrías haber escalado. No debes tener miedo al esfuerzo.

J- Yo solo quería caminar. No quería escalar. Caminar es fácil, subir por las piedras es un esfuerzo extra. Pero, ahora pienso que quizá debí esforzarme. A veces por evitar trabajos mayores nos encontramos con caminos todavía más inesperados.

A- Entonces, ¿Qué hiciste?

J- Pues nada, seguí caminando. Pero más adelante una bifurcación me hizo dudar: ¿Seguir recto, girar a la derecha o a la izquierda? Hay momentos en el recorrido de la vida en que una se plantea esa pregunta ¿Y ahora que hago? Tengo posibilidad de acertar y posibilidad de errar.

A- Lo importante es que siempre puedes volver tras tus pasos y rectificar. Lo importante es reconocer cuando te equivocas y saber reconstruir tu vida. Más importante todavía en no sentarte en la cuneta por miedo a equivocarte. Debes caminar hacia donde sea. No dejes de caminar, no debes rendirte.