lunes, 10 de enero de 2022

2-LA NO COMPAÑERA (SI TU AL CIELO, YO AL INFIERNO)

                               2-Si tu al cielo, yo al infierno. La no-compañera 

 

 


 

La pobre Sra. Encarna, con sus dolores (cuando no tenía lumbago, le dolía la rodilla, o la cabeza, o las manos… cosas de la edad), no siempre podía cumplir con su tarea.  Viky y yo solíamos echarle una mano, ya que el trabajo tenia que quedar hecho al finalizar la jornada. 

Por eso, cuando se jubiló y vimos entrar a la sustituta, despampanante, resuelta, segura, simpática… nos alegramos mucho. Parecía que la empresa había contratado a la persona adecuada para ocupar la plaza de la Sra. Encarna. Por fin una persona joven, con energía. 

 

 

Nos costó tiempo y mucho sufrimiento entender que la Sra. Encarna, con sus deficiencias, era mil veces mejor que la nueva adquisición. 

 

 

Comenzaré diciendo que la muchacha necesitaba fumar un cigarrillo casi cada hora, el cual tardaba quince minutos en consumir y, mientras subía y bajaba de la terraza, eran casi otros quince.

     No entendíamos porqué entraba con tanta frecuencia al despacho de la jefa. Nos decía que tenia dudas y que quería resolverlas. Más adelante supimos la verdad, y es que nos culpaba de lo que ella no era capaz de hacer. Nosotras corríamos para acabar nuestras obligaciones para luego ayudarla. Alguna vez habíamos salido del trabajo dejando su parte sin hacer, pero incomprensiblemente, nuestra jefa nos llamaba la atención a nosotras dos. 

 

 

Lo peor fue darnos cuenta que la nueva compañera no solo no era una compañera; era como el mismo diablo. En realidad lo peor fue cuando intentamos hablar con la jefa para que se quitara la venda de los ojos. Nos contestó que la chica trabajaba correctamente y que nosotras le estábamos haciendo bullying.

 

 

Realmente fue algo muy penoso. Viky y yo tuvimos que buscar una nueva colocación, abandonando la empresa en la que tantos años habíamos colaborado.