Sueño que sueño
Sueño que mi sueño se convierte en
realidad. Sueño que la tolerancia imperará. Sueño que el egoísmo
desaparecerá. Tengo la plena convicción que una
sociedad que aspira a un mundo perfecto, una sociedad que trabaja al
unísono, es una sociedad que consigue fácilmente lo que se
proponga. El problema, el lastre, es el egoísmo
y la individualidad.
Tenemos que entender que el planeta es
de “TODOS”, absolutamente de todos. Todos tenemos que trabajar,
todos tenemos la misma responsabilidad, todos tenemos los mismos
derechos, todos debemos pagar con las mismas penas nuestras faltas y todos tenemos las misma obligaciones. Sueño en la libertad personal, para
poder conseguir la libertad social.
¿Dónde empieza la libertad? En el
dominio del “ego” del propio individuo.
¿Dónde termina la libertad? Justo
cuando tocamos la libertad del otro individuo.
Sueño que mi sueño es posible. Moriré
feliz en el convencimiento de que el ser humano se vencerá a si mismo. El
ser humano se librará de sus propias ataduras, de sus miedos, de sus
vicios, de sus egoísmos. Sueño que el planeta es rico en
recursos. Sueño que la inteligencia humana será utilizada para el
progreso y el bienestar de “TODOS” los ciudadanos. Sueño que no importa el color, la raza, la creencia religiosa ni la inclinación sexual. Todo esto será aceptado y no observaremos diferencias entre unos y otros individuos. Sueño en la libertad de expresión, dentro del respeto al prójimo. Sueño que nadie impondrá su
pensamiento a otro ciudadano. Sueño que el ejército militar no
tendrá razón de ser. Sueño que las armas actuales se observarán
en los museos como herramientas arcaicas.
Sueño que mi sueño se convierte en
realidad. Sueño que la palabra hambre quedará en desuso. Y
que tendrá frío, solo quien lo quiera padecer. Sueño que descansar
adecuadamente será un derecho legítimo de todo ser vivo. Sueño que los recursos naturales serán explotados para beneficio de la sociedad de una forma
responsable.
Sigo soñando que mi sueño se
convierte en realidad: Los individuos no trabajaremos para nosotros
mismo, ni tan siquiera para nuestras familias; trabajaremos para la
comunidad mundial, donde se repartirán los recursos, donde se producirá todo aquello imprescindible para tener una vida digna. Sueño en un mundo único, libre, sin
fronteras ni banderas. Un mundo, una nación, y un gobierno reducido
al mínimo, que gestione consultas ciudadanas para cualquier tipo de decisión. Sueño que la cultura y la tecnología
llega a todos los rincones del planeta y que se respetarán y potenciarán las
tradiciones y las lenguas de las diferentes etnias, culturas o grupos con sus respectivas peculiaridades y procesos históricos.