jueves, 7 de abril de 2016

Las encantadas


Las Encantadss


Sabiñán o Saviñán (todavía la lingüística no ha concretado como quiere llamar a tan singular y tranquilo pueblo bañado por el río Jalón) guarda en su historia una leyenda que pocas personas conocen. Hoy la he conocido y os la voy a explicar porque me ha parecido preciosa y triste, como casi todas las leyendas de amoríos.
   Dicen que allá por los tiempos de la ocupación árabe en la península ibérica, en el pueblo de Sabiñan había un moro muy rico y poderoso que poseía grandes extensiones de tierras. El hombre había enviudado. Tenía tres hijas entre dieciséis y veinte años. Todas las tardes tres apuestos mozos se las ingeniaban para introducirse en los jardines de palacio y coquetear con las hijas del acaudalado moro. Y entre risas y coqueteos se enamoraron perdidamente las bellas hermanas y los tres mozos. Llevaban su amor en secreto pues los seis sabían que el padre de las muchachas no permitiría de ninguna manera la unión de sus hijas con tres cristianos, que además eran de baja clase y asalariados suyos. Pero el padre se enteró y para evitar que el amor que se profesaban fuera a más encerró a las tres hermanas en un torreón a las afueras del pueblo. Las tres pasaron allí mucho tiempo, aburridas y dedicadas a sus labores. Solo el cantar las distraía de su penosa situación. Un guardián de confianza pasaba todo el día con ellas. Al hombre le daba pena y las dejaba pasear un poco por las noches cuando sabía que nadie podía verlas. Todo el mundo se preguntaba que donde estarían las hijas del jeque. Algunos pensaron que se habrían ido lejos de allí, a su país de origen. Los tres mozos estaban desolados por la repentina ausencia de sus amadas.
   Un día un cazador pasaba cerca del torreón y sintió cantos. Entonces se percató que venían del interior del torreón y que eran las tres hijas del viudo. Corrió a decírselo a los enamorados y estos, con la ayuda del guardián de las hermanas, comenzaron a frecuentar el torreón. Pero nuevamente se enteró el padre de las muchachas.
   Dice la leyenda que la noche se San Juan el moro envió sus soldados al torreón y estos acabaron con la vida de los tres hombres. Las hermanas, en medio de la revuelta, escaparon y se fueron hacia el bosque. Nadie las volvió a ver jamás. Nadie sabe que fue de ellas. Dicen que su padre lloraba todos los días por la añoranza de sus hijas. Dicen que cada veinticuatro de Junio el padre, arrepentido de todo, visitaba el torreón.

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