sábado, 29 de septiembre de 2018

SURCANDO MARES/ 2-Ajaccio






2-Ajaccio 

Algo nuevo: ver amanecer en el mar desde el mar.
   Descontrol en el desayuno, nadie sabe dónde están los bizcochos ni si entra el café en el precio del crucero. Inseguridad en el momento de salir del gran barco. Sol radiante, aire fresco, mar intensamente azul, pueblo con suaves pendientes. Mucha, mucha gente todavía, gente para salir del barco, gente por las calles del pintoresco pueblo donde nació Napoleón, gente empujándose para subir al bus turístico, gente para desayunar, para comer, para volver al barco, gente esperando ascensores. Gente, gente, gente por todas partes. A veces pienso que no quisiera salir de mi adorado camarote, desde aquí tengo todo el mar para mí, aquí solo oigo el graznido de las gaviotas y las olas ocultas del mar. Des de aquí solo veo el azul del mar, el azul o gris del cielo y el blanco de las nubes, a veces veo gente, pero desde el piso diez parecen diminutas hormigas. 
   Córcega es una buena propuesta para pasar varios días. La arena es dorada, el mar parece una inmensa piscina natural, el agua es limpia y azulada, el aire fresco y suave, el sol calienta y broncea sin dar calor, la vegetación es de verde intenso. 

Volvería a Córcega, ya lo creo, pero en otro plan. 







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