lunes, 1 de octubre de 2018

SURCANDO MARES/ 5-Génova






5-Génova 

Dicen que es una ciudad grande, yo apenas he visto quince o veinte calles. No había tiempo para más. Hoy, al igual que ayer y antes de ayer, nos hemos levantado temprano. Al mismo tiempo atracamos en el puerto. Después del desayuno y la distribución en grupos, el guía nos ha acompañado por la ciudad. 
   El siglo de oro genovés fue en el XIII. Su condición mercante la llevó a la cima de las civilizaciones. La situación geográfica, puerto por un lado y suaves montañas por el otro, la hicieron una ciudad inconquistable. En la Edad Media los habitantes preferían vivir cuanto más cerca del puerto mejor. Por ello los edificios son altos y las calles estrechas; había que aprovechar bien el espacio. 
   En la época renacentista los habitáculos de las viviendas eran de distinta altura, según si era zona habitada por el propietario o por la servidumbre, pudiendo observarse fácilmente desde la calle la diferencia de las alturas en las ventanas. 
   En el siglo XVIII, una naciente burguesía ocupó las calles, demoliendo las antiguas viviendas de gente humilde para ensancharlas. El nuevo aspecto de estas calles es de mucha más amplitud, ya con balcones, cosa que antes entonces era impensable. 
   Por último hemos visitado la catedral de Génova, singular por la dualidad del mármol blanco y negro alternado, dándole una apariencia oriental, muy posiblemente por la influencia de los muchos viajes de los comerciantes genoveses a tierras árabes. 










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