*Día 2
Hace raro decir día dos porque para nosotras ha sido una prolongación del día uno. Mientras mis convecinos de Barcelona hacía escasas horas que se habían ido a dormir, Irene y yo aterrizábamos en el aeropuerto de Narita, cerca de Tokio, a eso de las 12:30 del mediodía.
Luego, tarde intensa de cambio de moneda, compras varias y paseo por el parque Shinjuku.
Detalles de este pueblo de cultura milenaria y abnegados trabajadores:
. La circulación de vehículos y peatones es por la izquierda.
. Las escaleras mecánicas están ocupadas: todos en fila india generalmente a la izquierda, dejando un pasillo libre para aquellas personas que tengan verdadera prisa.
. En el suelo de los andenes de los metros están señaladas las puertas. Los viajeros que esperan forman dos colas de a uno a cada lado de la marca para primero dejar salir. Y tan solo cuando ya han bajado todos,los que esperaban entran por orden riguroso.
. Por el recorrido peatonal del metro existen en el suelo unas piezas con relieve para que los invidentes puedan caminar sin perderse. La mayoría de las calles de Tokio también las tienen.
. En todos los establecimientos de restauración el agua está incluida en el precio; puedes tomar todo el agua que quieras, y además siempre bien fresca.
. No hay escasez en trabajadores públicos. Por doquier encuentras funcionarios públicos que facilitan la movilidad de los transeúntes y vehículos, todos ellos con una eficiencia intachable.
. Es difícil encontrar papeleras. No obstante las calles están impolutas. Los ciudadanos se guardan los desechos en bolsos o bolsillos hasta llegar a casa.
. No existe la planta 0. La planta de acceso de cualquier edificio es considerada planta 1.
. Es normal ver las aceras separadas del carril de circulación por una simple ralla blanca. El principal motivo es evitar mayor destrozo en caso de terremoto.
. El tendido eléctrico es exterior, no hay cableado subterráneo. El motivo: también prevención de roturas en caso de terremotos.
. La población japonesa tiene un alto concepto de la prevención sanitaria. He visto lavamanos en portales de viviendas. He visto muchas personas, sobretodo trabajadores públicos, usar mascarilla y guantes. Los retretes públicos habitualmente están dotados de cédulas sensoras presenciales para dejar caer el agua por el inodoro, evitando así el contacto. Lo normal es que en los restaurantes te ofrezcan una toalla húmeda para lavarte las manos antes y durante la comida y, algunos de ellos, te ofrecen otra después de haber comido.
El usuario de taxi no abre nunca la puerta; es el taxista, desde su puesto, quien da a un botón y manipula la puerta, evitando así cualquier contaminación por contacto.
. El ciudadano japonés es extremadamente respetuoso con las normas. El metro de Tokio no tiene barreras, es decir que se puede entrar y salir libremente pero todo el mundo presenta su billete en un lector de códigos. Los establecimientos comerciales no tienen los típicos arcos de detección que tenemos en Occidente; no es necesario. No se ve personas cruzando las calles fuera de los pasos de peatones. No es extraño encontrar alguien que, sin tan siquiera pedirla, te ofrezca ayuda desinteresada.
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