lunes, 11 de septiembre de 2017

1.LA MADRE DE TODOS LOS VIAJES



*Día 1

Después de barajar varias posibilidades decidimos llegar hasta el aeropuerto en transporte público; por ello, salir con tiempo holgado era importante. El vuelo ha salido del aeropuerto de Barcelona a las 8:55.  Pues bien, cerrábamos la puerta de casa a las 4 de la madrugada. 
   Primer encontronazo: sacar tíquet de diez viajes en la máquina de la estación y no aceptarme la tarjeta bancaria. Acabo de empezar un viaje de veinte días de duración al otro lado del mundo y... ¡No puedo utilizar una de mis tarjetas!Problema resuelto momentáneamente con la tarjeta de Javi, que me ha acompañado hasta el aeropuerto del Prat. 
   Segundo encontronazo: en el trayecto del tren me doy cuenta que se me olvidó cerrar algunos de los seguros de la maleta a facturar. Pensé en precintarla con plástico, pero una cola impresionante de maletas que hay delante de mi me ha hecho desistir; el tiempo se nos echaba encima y teníamos que facturarla. 
   Tercer encontronazo: Irene no pudo hacer el chequing el día anterior por internet, con lo qual lo hemos tenido que hacer en el momento de la facturación. ¿Con qué sorpresa nos encontramos? Pues que los asientos para el primer vuelo hasta Amsterdam estaban todos distribuidos y nos han dado asientos separados. Por suerte las azafatas de la compañía han tenido a bien recolocarnos juntitas en asientos vacíos en la cola del avión.
   Cuarto encontronazo: el avión que nos ha de llevar de Amsterdam a Tokio retrasa una hora y media el vuelo porque... ¡Falta cátering y cubiertos! 

Pero estos pequeños incidentes no nos han mermado en absoluto la ilusión de este gran viaje. Momentos de charlas con Irene, ver películas, leer y coser en el avión. ¡Ah! Y buen catering; valió la pena la espera.


Hay muchas ganas de reencuentros con amigos y con Xavi. 

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